sábado, 18 de junio de 2011

Empresarios de la Robolución.

Se podría publicar una enciclopedia con todos los sonados fracasos que como "empresario", tuvieron todos y cada uno de los gobiernos priístas.  Se metieron ellos y metieron el dinero que no era suyo en todas las actividades que no sabían hacer.  Siderúrgicas, transportes de todo tipo como ferrocarriles, aerolíneas, transportes marítimos, hoteles, restaurantes, tortillerías, salas de cines, producción de cine y teatro, bebidas  y hasta centros nocturnos, siendo El Patio en la Cd. de México, uno de los más conocidos.  Se habla de alrededor de mil quinientas empresas las que fueron creadas por el gobierno o expropiadas y manejadas por los "genios financieros tricolores".  Todos éstos "negocios" fracasaron, y lo hicieron por pura ineptitud y por importamadrismo; total, no era el dinero de ellos lo que perdieron, fué el patrimonio de los mexicanos lo que siempre han dilapidado.

Los partidos robolucionarios, (PRI y PRD) han tomado como arma de batalla la "lucha social" con la que pretenden convertirse en los adalides de las "causas justas", pero que en realidad, cada "programa social" que ha salido de sus mentes, ha sido una estupenda fuente de ingresos para ellos.  Platiquemos un poco sobre la CONASUPO, que popularmente se le conocía como conachupo, porque de ella chuparon riquezas a costa de la sangre y sufrimiento de los más jodidos.

La CONASUPO (Compañía Nacional de Subsistencias Populares) se creó en 1937 con el aparente própósito de abastecer a la población necesitada de los insumos básicos para su subsitencia: maíz, frijol, leche.    La CONASUPO le compraba los granos al campesino a un precio fijo, supuestamente por encima del precio del mercado y lo vendía en tienditas CONASUPO a lo largo y ancho del país, por debajo del precio en el mercado, a un precio muy inferior con el argumento de beneficiar a la gente pobre. Todavía más barato,  vendía el maíz a los "nixtamaleros" para que la tortilla, fuera accesible a las clases populares.  Esto era posible, según se decía,  porque el gobierno subsidiaba la diferencia del costo real. Hasta aquí, el cuento suena hasta romántico y tierno, si no fuera por la perversidad escondida detrás de tanta palabrería. Lo que realmente ocurría, era una gran corrupción que operaba más o menos así:  Los acaparadores, que en su mayoría eran funcionarios del propio gobierno, o sus prestanombres, extorsionaban y amenazaban a los campesinos para comprarles sus cosechas a un precio muy bajo, a precio de explotación; luego, las vendían a la CONASUPO al precio superior a que ésta compraba los granos y/o la leche con el propósito de beneficiar al productor, así obtenían una primera ganancia, pero además de ésto,   iban después a las tienditas a re-comprar los granos al precio inferior ya subsidiado al que la CONASUPO vendía, y lo volvían a vender a la misma CONASUPO.   En muchas ocasiones, los acaparadores almacenaban tanto grano esperando el precio más alto para venderle a la CONASUPO que los granos eran invadidos por gorgojos y no obstante, así se los compraba la "empresa".   

El campesinado jamás se benefició por ningún lado, pues siempre compró el maíz y frijol que sembraba y cosechaba, a un precio superior del que se lo había tenido que vender a los acaparadores.   Los consumidores tampoco se beneficiaron, pues la mayor parte de las veces, obtenían granos "picados", carcomidos por los gorgojos.  

Otra cara del negocio consistía en vender maíz "subsidiado" en kilos de 800 gramos a las tortillerías. Siendo la tortilla el alimento nacional,  ¿Podría usted calcular el monto del fraude y multiplicarlo por los años que duró éste "programa social"?  

El daño no paró ahí ni fue el único.  Después de la explosión nuclear en Chernobyl, funcionarios priístas, entre ellos el hermano Raúl del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, compraron a Irlanda  leche que había sido contaminada  por las radiaciones nucleares a la empresa Irish Dairy Borrad.  Dolosamente, la  leche se distribuyó a través de Liconsa y tiendas CONASUPO en todo México.  ¿Quienes compran en Liconsa y CONASUPO?  La gente pobre, la que todavía les cree el cuento de la revolución, la que cree que de verdad la revolución se hizo para  ayudarlos, los más indefensos, desinformados  y desprotegidos.  Entre ellos, se generaron graves casos de cáncer de tiroides y afectaciones relacionadas con la radiación, entre bebés y mujeres embarazadas.


La radioactividad de ésa leche fué denunciada por un digno mexicano que no ha recibido reconocimiento alguno, se trata del vicealmirante Manuel Rodríguez Gordillo, quien notó que sus subordinados enfermaban despues de tomar leche de la CONASUPO y sabiamente, llevó muestras al laboratorio de Laguna Verde, donde certificaron la contaminación que valientemente denunció.  
 
Los partidos PAN, PRD y PT  iniciaron una investigación. Bajo la presión ocasionada, funcionarios del gobierno priísta, hicieron el simulacro de "devolver" la leche, pero de las 40,000 toneladas originales "devolvieron" un poco menos del 10%.  Entrecomillo "devolvieron" porque después se supo que el cargamento de leche contaminada que salió por Veracruz, regresó por Tampico.

Por mucho tiempo, funcionarios de Conasupo, Liconsa y hasta de la Secretaría de Salud negaron cualquier hecho relacionado, pero todo está  documentado más allá de cualquier negación.  

¿Cuanta gente pobre consumió ése veneno?  ¿Cuantas de las muertes por cáncer registradas hasta hoy día se deben a sus efectos? ¿Cuantas malformaciones congénitas?

¿Qué nombre puede recibir éste crimen cometido con toda impunidad?  ¿Genocidio? ¿Crimen de lesa humanidad?   
  
¿Como les vamos a llamar a los responsables que al día de hoy no han purgado su delito?

Peor aún:  ¿Los vamos a dejar regresar?  ¿A qué?






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